Ubicar la pantalla del ordenador justo
en frente de nosotros, evitando así girar el cuello todo el tiempo
mientras trabajamos, de manera que el ángulo de giro sea siempre
inferior a 35º.
Los brazos deben formar un ángulo de
90º, manteniendo el antebrazo y mano en línea recta.
La espalda, apoyada en el respaldo y en
posición erguida, con los hombros relajados.
Conviene mantener los pies pegados al
suelo en su totalidad o bien sobre un reposapiés.
Intenta descansar la vista cada hora,
mirando durante un tiempo un horizonte más amplio, a poder ser de
luz natural desde una ventana o terraza.
Sitúa la pantalla lo más lejana a tu
vista que sea posible, la distancia mínima entre la pantalla y
nuestra vista debe ser siempre superior a 55cm.
Respecto a la altura de la pantalla, el
borde superior de la misma debe estar a la altura de nuestros ojos o
por debajo.
Si eres zurdo, no olvides colocar el
ratón a la izquierda cambiando la configuración de los botones para
evitar una mala postura de la espalda.
Coloca el teclado de forma que no esté
justo en el borde de la mesa. Entre el teclado y el borde de la mesa
debe quedar un espacio de al menos 10 cm para apoyar las muñecas.
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